martes, 5 de junio de 2012

Historias con principio y final

Nos gusta encontrar historias en los diarios. Y nos gusta que tengan un principio, un desarrollo y un final. No hace falta mucho espacio. A veces, el seguimiento tiene forma de pequeña información. Para qué "engordar" los hechos. Estos días hemos leído dos. La primera, de desamor, en Diario de Navarra:

La segunda, de amor, en El Norte de Castilla:


Javier Asua nos habla de esta historia: "Poco puedo añadir a las tres tomas que hemos publicado. Los ingredientes no pueden ser más atractivos. Mujer japonesa de 67 años busca a amiga de la juventud a la que no ve desde hace cuatro décadas. Un caramelo. A Chieko se la encontraron Dragan, Óscar e Íñigo por la calle, muy cerca del restaurante oriental que regentan los dos primeros en el casco histórico de Valladolid. Ella entró buscando un compatriota que le pudiese echar una mano y estos tres jóvenes enseguida asumieron la misión de búsqueda como algo propio. Íñigo, amigo de varios periodistas de esta casa, llamó. Oye Javi, pasa esto, ¿qué te parece?, preguntó. Ellos andaban un poco moscas. No terminaban de creerse que esta señora viajese desde Yokohama sin más pistas que unas fotos para buscar a Carmen Rivera, otra aventurera como ella. Quedamos y Chieko nos dio los primeros trazos de la historia. Publicamos el primer repor un martes con un número de contacto de Dragan y el miércoles cantidad de gente llamó para interesarse e intentar ayudar. Entre las llamadas, la de la familia de Carmen". 

"La sobrina fue a buscarla a la pensión. Esa fue la segunda toma. Ya pudimos hablar por teléfono con la vallisoletana, que desde hace trece años trabaja en Castilla-La Mancha como profesora de inglés. Para nosotros fue una satisfacción que la difusión en El Norte surtiese un efecto tan inmediato, aunque hay que tener en cuenta que los Rivera son una familia de once hermanos con mucho arraigo aquí (de eso nos hemos enterado a posteriori). Todos conocieron a Chieko cuando allá por los años 70 pasó un mes con ellos en la casa familiar de la calle Teresa Gil, por lo que al verla asociaron rápido".

"Lo más complicado fue convencer a Carmen de que queríamos ser testigos del encuentro porque esta mujer no es muy dada, por no decir nada dada, a los medios de comunicación, al lagrimeo y esas cosas, que hemos intentado evitar a toda costa. Finalmente accedió y Henar y yo nos fuimos para Toledo. Allí descubrimos que ambas son dos mujeres de mundo, resueltas e independientes a las que el destino, con ayuda de estos tres chicos y de El Norte, ha vuelto a unir. Personalmente me siento partícipe del precioso desenlace de esta historia de amistad con mayúsculas. Misión cumplida. ¿Y ahora? A seguir haciendo informaciones del IBI, el soterramiento del ferrocarril, política municipal, tuberías, circuinvalaciones... Conclusión: para Chieko y Carmen, una oportunidad. Para el periodista, un agradable respiro en su labor diaria y un subidón al comprobar que también podemos dar grandes noticias con historias pequeñas y echar una mano".

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